Tradicionalmente al escritor se le imagina solo, como aquel grabado de Gaya en que el sueño de la razón engendra monstruos, en la soledad de su torre de marfil o en el abandono de su degradación. Dicen también que el escritor muere para escribir la vida, que escribir es salirse del tiempo para que el lector viva lo que ninguno de los dos ha vivido; y es a veces cierto que únicamente el ruido de fondo del universo es compatible con la escritura, pero una obra no nace de una sola persona.
Borges consideraba que la literatura es un infinito palimpsesto; Luis Rogelío Nogueras, que es un eternoretornógrafo, en que las frases más hermosas se escriben y se vuelven a escribir a lo largo del tiempo con signos distintos; los críticos hablan de influencias y plagios. Como sea, Brahms tomó una melodía tradicional de su país de adopción para componer su Danza húngara número 5; Leibniz y Newton descubrieron el calculo infinitesimal simultáneamente, en lugares dispares del planeta. Una canción trash compuesta en mi ciudad natal en los años ochenta decía que las ideas flotaban en el aire en busca de las mentes que sintonizaran con ellas; el compositor nunca había oído la frase las ideas no son de nadie, sino del tiempo, que algunos achacan a García Márquez, quien tomó de Rubén Daría eso de llevar a un niño a conocer el hielo.
Estado: Activo
ISBN-13: 9789585583153
Tamaño: 12 x 19 cm
Peso: 0.1000 kg
Número absoluto de páginas: 80 Páginas
Tipo de edición: Nueva edición
Fecha de publicación: 2019
Tipo de restricción de venta: Exclusivo para un punto o canal de venta
Distribuidor de la editorial: Universidad Santiago de Cali Disponibilidad del producto: Disponible. Sin detalles.
Precio: (COP) 20000