Anclados
a la vida real el STSV (Sistema Tránsito
y Seguridad Vial) y el MICT (Modelo
Interaccional Comportamental de Tránsito) manifiestan un parámetro para ponderar
la posibilidad de acción de un conocimiento científico del Tránsito y erradicar
los saberes meramente especulativos. Ambos modelos plantean como factor
intrínseco y constitutivo la heterogeneidad del factor psicosocial en una
multiplicidad de planos y desde una pluralidad de perspectivas, fusionado con
elementos reales. Propone explicar el tránsito desde el comportamiento pero a
través de una modelización matemática.