Uno de los más formidables inventos del ser humano es el lenguaje argumental, él permite resolver nuestras diferencias de manera racional, evitando la violencia física; es un signo de
evolución cultural.
Su data es imposible de fijar, en occidente aparece en los poemas de Homero y en el catálogo de recomendaciones para ganar una discusión de Tisias y Córax; es el instrumento inherente a la filosofía desde sus comienzos y en manos de Platón se constituye en su centro.
Sin embargo, todos esto pensadores no hicieron una reflexión sobre este instrumento; es decir, no se percataron de la diversidad de formas en los argumentos, ni buscaron diferenciar aquellos que eran correctos de los que no lo eran, su interés más bien se centraba en su eficacia persuasiva.