Los relatos de este libro forman un paisaje íntimo y urbano por donde transita un narrador que registra con trazos precisos, con ironía y ternura, la vida cotidiana de sus personajes. Un músico ciego, jóvenes mujeres que van a su trabajo de maquiladoras con ánimo alegre, un adolescente que expresa con lenguaje burlón su destino desamparado y muchos otros seres y tipos humanos cobran vida literaria en una prosa efectiva, certera y matizada con imágenes poéticas.
La estructura del texto recorre varios espacios, que también son áreas temáticas. Las descripciones no solo son visuales, sino también sonoras, olfativas, sensuales, de tal forma que el lector puede acceder a un conjunto de referencias bien armonizadas. El narrador cuenta sus historias y también da su opinión, es un personaje más que sufre y se alegra, se mete en las casas, asiste a las ceremonias, pasa por la calle y se detiene a platicar.