Los muxes son pioneros en el reconocimiento de la diversidad sexual en nuestro país. Hace más o menos 40 años inició en Juchitán un movimiento social llamado Coalición Obrera Campesina y Estudiantil del Istmo (COCEI), apoyado por intelectuales como Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska y Francisco Toledo, el cual buscaba la liberación política de la región. Tras los avances logrados por este movimiento se formó el colectivo Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro, que luchó para que los muxes tuvieran derecho a reunirse, asociarse y salir a la calle vestidos de mujer: lograron que la palabra muxe perdiera su connotación negativa y que dejaran de cuestionarse su identidad y preferencias sexuales. Muxitán se sitúa en la encrucijada de dos disidencias: la lingüística y la sexual. El amor homoerótico, explorado desde el contexto cultural de la experiencia muxe en la cultura binizá es la columna vertebral de estos poemas celebratorios y desobedientes.