Monjas benditas

En el prólogo de este libro, Asunción Lavrin, señala que la figura de Sor Juana Inés de la Cruz, como fuerza generatriz de estudios literarios e históricos, inyectó una nueva vida a la memoria de las mujeres profesas, porque a través de Sor Juana se llegó al estudio de las instituciones que albergaron a otras mujeres que también adoptaron esa forma de vida. En este contexto, los autores de este libro destacan que las monjas del virreinato pertenecieron, en general, a la élite social, aunque no todas contaban con medios económicos, fueran criollas o mestizas acriolladas tenían las posibilidades de ingresar a la vida de clausura. La mayoría dejó por escrito sus experiencias, por desgracia, documentos perdido.Muchos archivos se extraviaron durante la exclaustración provocada por las Leyes de reforma a mediados del siglo XIX, otros fueron resguardados celosamente por las religiosas: sus memorias de familia, sus documentos más significativos.

En esta obra se presentan nueve ensayos relacionados con la vida conventual femenina, dividida en tres partes. La primera lleva por título “El agua y las paredes oyen”, la segunda, “Amores y desamores benditos” y la tercera titulada “La santidad y el viaje final”. El objetivo de esta publicación fue llevar a cabo una nueva forma de difusión de los estudios relacionados con la vida conventual femenina hispanoamericana; aportando una escritura que se acerca a lo fantástico basada en hechos reales. Cada historia a su vez se complementa con las fuentes consultadas lo que ofrece al lector un mejoramiento archivístico y bibliográfico. Para especialistas y público en general, esta obra será una forma de ingresar a ese mundo mágico religioso relacionado con la historia de las monjas en la época virreinal. Debido a que estos relatos en torno a la vida de algunas religiosas del virreinato nos acercan a un mundo donde los valores, la ética y la imaginación difieren mucho de nuestro mundo.

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