Desde hace dos décadas, el estado
de Michoacán ha transitado por un conjunto de problemáticas económicas,
políticas y sociales que, a su vez, se han transformado en situaciones más
complejas de lo esperado, debido a las diversas violencias (políticas,
criminales, de género, etc.) asociadas a la inseguridad y la injusticia. Estas
violencias se han expandido a todos los rincones geográficos y hacia la
sociabilidad cotidiana, a un grado realmente incomprensible, tanto por la
incidencia delictiva como por su letalidad. El grado y el significado de las
violencias que vivimos actualmente nos ha paralizado por muchos momentos.
Seguimos preguntándonos qué está pasando en nuestra sociedad desde el punto de
vista del deterioro social y cuál es la respuesta de las autoridades.