En los últimos 40 años la
concepción del patrimonio ha experimentado algunos cambios. La Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia u la Cultura (UNESCO, por sus
siglas en inglés), es la principal instancia promotora del renacimiento, el
rescate y la protección de bienes con valor patrimonial, y en estas décadas ha
ampliado su discurso y sus lineamientos, con el fin de incluir tanto bienes
naturales, como los creados por los grupos humanos; eso quiere decir que se
trata de los bienes denominados bienes culturales y, por tanto, también de los
que tienen un carácter mixto porque son resultado de la interacción entre
sociedad y naturaleza. En la actualidad se acepta que el patrimonio está vivo,
que se vive, y que experimenta modificaciones en el transcurso del tiempo.