Javier Vásconez produce una obra original de notable densidad, en la que la vida del escritor y las trayectorias de los protagonistas se entrelazan de tal manera que parece imposible aprender por separado al autor; la escritura y la narración. De ello da fe el cuento Matinée en el cine Bolívar, que recoge recuerdos de la infancia de un protagonista escritor Vásconez, relatos en tercera persona por un narrador que se presenta al lector como una instancia exterior, pero que parece compartir íntimamente las inquietudes y preguntas del protagonista Vásconez, convirtiéndose el relato en una auto-ficción dónde el protagonista escritor Vásconez , se presenta como un alter ego del autor: El borrar deliberado de las fronteras entre autor-narrador-protagonista se arraiga en una realidad contemporánea, la de la pandemia de Covid-19 y la cuarentena de la población que contribuye a crear esta atmósfera vasconiana tan particular; en la que el encierro -en el piso confinado de Santa Clara y en la ciudad cercada por volcanes-paradójicamente crea las condiciones para el movimiento, el de una búsqueda interior, de una recheche íntima, mientras que la difuminación de las fronteras-narrativas, temporales, identitarias- permite recobrar el pasado perdido.