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Máquinas
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Máquinas

Formatos

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Estado: Activo
ISBN-13: 9789871881949
Tipo de contenido principal: Texto (legible a simple vista)
Tipo de contenido del producto: Texto (legible a simple vista)
Idioma del texto: Español
Tamaño: 23 x 19 x 1 cm
Peso: 0.482 kg
Número de páginas del contenido principal: 160 Páginas
Sello editorial: EDUNT Editorial de la Universidad Nacional de Tucumán
Tipo de edición: Nueva edición
Número de edición: 1
Ciudad de publicación: San Miguel de Tucumán
País de publicación: Argentina
Fecha de publicación: 2019
Tipo de restricción de venta: Exclusivo para un punto o canal de venta
Distribuidor de la editorial: UNT - Universidad Nacional de Tucumán
Disponibilidad del producto: Disponible. Sin detalles.

Infantil / Juvenil

Calificador de rango de público objetivo (audiencia): Edad de interés, años
Precisión del rango de público objetivo: Precisión del rango de público objetivo
Intervalo de rango audiencia: 07 años

  • - Dibujos a línea en blanco y negro

El fantasma en la máquina

Gilberto Ryle, filósofo demente, dice que es un error atribuir voluntad y deseo a una máquina. Que es como pensar que hay un fantasma en una impresora. A contrapelo de Ryle, este libro muestra que mezclar lo diferente y distinguir lo igual son las operaciones fundamentales del pensar y el escribir.

Las máquinas son una osadía nuestra y expresan nuestros sueños y nuestros miedos. Les damos vida, así como podemos reconocer cuando nos comportamos inhumana, maquinalmente en nuestra propia rutina. Si no podemos hacer merengue con las categorías, somos un triste ritual, un tonto reloj.

¿Qué máquina no es producto de un sueño? La adicción del hombre por transformar el mundo es también la vertiginosa necesidad de alterarse a sí mismo. Por eso es que todo aparato que se precie termina por sublevarse contra su creador. Frankenstein es el nombre del científico; él es el monstruo.

Una máquina es una mezcla de latas, tornillos y sueños; de cálculo y voluntad; de razón y riesgo. Decimos que tal persona es una maquinita para expresar su cerrazón y eficiencia. ¡Pero decimos maquinar, que alguien está maquinando algo, cuando sueña o delira!

Los chicos no se macdonalizan con una cajita feliz (maquinitas), ni se mandragorizan con leer un libro (maquinando). La felicidad de pensar; de buscar palabras; rumiar ideas raras, tontas y prohibidas no tiene tapa, contratapa ni dirección postal.

Dostoievski definió como nadie al soñador: «El soñador […] se parece mucho al interesante animal, que es a la vez animal y domicilio, llamado tortuga». Lleva consigo sus fantasías, se ríe solo de sus ideas. Pero ¡ay, si se junta con otras tortugas, y hacen un parque con sus bromas y sus delirios desembozados! Entonces se enseñan entre sí a insultar la realidad; a nosotros, los adultos.

En Mandrágora reciben las herramientas, el vocabulario y la libertad para que el agravio sea lo más preciso y completo posible. Para quedar debidamente injuriados y orgullosos de su don, el más humano de cuantos se puedan imaginar.

En 1996 Deep Blue 6 derrotó a Kasparov, el entonces mejor ajedrecista del mundo, jugando con blancas. Bravo por ella. Pero Deep Blue 6 no pudo ni podrá entender la terrible zaherida @#*@&$ que le dedicó el ruso.

Santiago Garmendia

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