
CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS
Los centralismos mexicanos
1835-1846 tiene como objetivo entender un periodo de la historia de México que
ha sido desdeñado y sintetizado como “el de la inestabilidad” o, como lo
calificó Lucas Alamán, “de las revoluciones de Santa Anna”, aunque es más
complicado.
El establecimiento de la
república centralista en México; en 1836, fue en realidad el intento urgente de
resolver el fracaso del federalismo de 1824, el segundo experimento que buscaba
encontrar una fórmula constitucional adecuada para constituir el nuevo Estado
después del fracaso del Imperio. El federalismo se había establecido con
optimismo, mas los estados, empeñados en impedir que la ciudad de México
siguiera dominando como durante el Virreinato, le arrebataron al gobierno
federal los principales impuestos, dejándole sólo algunos especiales y el
producto de las aduanas, lo que lo convirtió en un gobierno débil.
Resulta un error simplista
considerar el centralismo como conservador, promovido por el Ejército y la
Iglesia, cuando todas las evidencias nos dicen que estas corporaciones no eran
monolíticas y padecían las divisiones de la clase política. Las repúblicas
centralistas fueron liberales centralistas, favorecidas por el liberalismo
europeo. La Constitución de 1836 estableció que el gobierno nacional administraría
todos los ingresos del país directamente, pero mantuvo la representación
ciudadana, aunque la limitó con un voto censitario, restringido a los que
pagaban impuestos, y mantuvo la división de poderes, Estableció un cuarto
poder, el “Conservador”, para vigilar el desempeño de los otros tres, El
periodo presidencial se alargó a ocho años, aunque aumentó su debilidad porque
quedó sujeto al Legislativo, al Conservador y al acuerdo del Consejo de
Gobierno.
Salvo notables excepciones, las
instituciones políticas que rigieron el periodo de 1835 a 1846 no han sido
estudiadas y por ello la bibliografía es escasa. Este libro colectivo lo
analiza desde el centro y desde los procesos estatales y regionales en un
esfuerzo por comprenderlo.