Soren Kierkegaard, Friedrich Nietzsche, Jean-Paul Sartre y otras destacadas figuras del existencialismo se dieron cuenta de que los seres humanos somos, en el fondo, criaturas de temperamento cambiante, expuestas a una serie de adversidades psicológicas, crisis de fe, ilusiones, y otros tantos vaivenes emocionales. Este aventurero grupo de pensadores, más que considerar los estados de ánimo como aflicciones a ser tratadas con medicamentos, creían que estos constituían duraderas lecciones sobre cómo vivir una vida íntegra y nos ayudaban a reconocer la chispa interior que podría inspirar un desarrollo espiritual y una transformación personal. Si le hacemos caso a Kierkegaard y compañía, la manera en cómo lidiamos con estos sentimientos determina quiénes somos, cómo actuamos y, finalmente, el tipo de vida que llevamos. en este texto se redefinen los consejos prácticos que el existencialismo ofrece para este siglo XXI: desde tratar con la angustia, la depresión, la desesperación y la muerte, hasta practicar la fe, la moral y el amor. El autor nos comparte su análisis acerca de cómo enfrentar la existencia sin desalentarnos, en especial, cuando sentimos como si el universo trabajara en nuestra contra y pareciera que nada importa.