A partir de un
modelo de investigación construido en el dialogo entre el pensamiento
histórico-artístico y los análisis científicos, el presente volumen se centra
en el examen técnico de las “historias de pincel” o imágenes para retablos
entendidas como obras de arte, pero también como artefactos culturales. Aquí se
abordan explícitamente sus materiales y las técnicas con las que están hechas
estas pinturas, pero también se enfoca en los componentes activos en su
concepción, intención, producción, recepción, circulación e interpretación,
problemáticas clave todas ellas para comprender el estatuto de las obras como
agentes capaces de establecer relaciones e interacciones sociales y culturales
con las comunidades que se han hecho cargo de ellas a lo largo del tiempo, sin
olvidar que se convirtieron en vectores activos en sus cambios de valor y
significado.