El hospital de cuidado progresivo se organiza en función de las necesidades identificadas de los pacientes, pugna por la continuidad de atención, establece una visión más integral de los pacientes, incluyendo su biografía y los determinantes sociales en los cuidados. Disminuye la variabilidad de la prestación médica y es una referencia clara para pacientes y familiares de médicos y enfermeras. Siempre se tiene a quien consultar. Es más eficiente. Tiene mejor distribución del personal. Es una organización más horizontal porque no están los feudos tradicionales de los servicios, porque gestionan por procesos, porque fomentan un desarrollo potente de la cadena de valor. Otorga mayor seguridad de pacientes por el cumplimiento de las normas. Posee sistemas de información para tomar decisiones.
Concede menos lugar para los egos. Brinda una participación clara de los servicios de apoyo de información y logística para mejorar la eficiencia. Beneficia a los pacientes, a los médicos, a las enfermeras, para los sistemas de salud y para la comunidad. Los procesos asistenciales brindados en los establecimientos hospitalarios modernos han alcanzado tal complejidad que exigen la participación de numerosas disciplinas y variada tecnología. En muchos de ellos, los procesos asistenciales y de cuidado están compartimentalizados por especialidades y jerarquías, regidos por la hiperespecialización, lo que torna complejo, en consecuencia, establecer comunicaciones y poner al paciente en el centro de la escena, debiéndose instituir la necesidad de trabajar en equipo, para evitar la fragmentación del paciente, procurando mejorar las transiciones y la experiencia del paciente por el sistema de salud.
Esto se logra mediante un equipo que sea encargado de producir la síntesis, la coordinación, la integración de los diversos criterios e indicaciones efectuados, con un cuidado longitudinal: el equipo debe seguir al paciente, él debe saber dónde encontrarlos, siempre debe tener una referencia. Este es el equipo de cuidado progresivo, constituido por médicos y especialistas, por internistas y enfermeras capacitadas en el proceso de atención, en establecer cuidados de acuerdo con las necesidades del paciente. La tarea interdisciplinaria exige que las organizaciones de cuidado progresivo se conformen como matrices, al exigir una importante comunicación horizontal y niveles de coordinación de tareas por niveles de cuidado.
La propuesta de una organización orientada a los procesos apunta a que se desarrollen tareas con criterios de secuencia de actividades y en relación con las unidades de coordinación de cuidados que resulten necesarias. Se establece la distribución funcional del trabajo y el ámbito de acción de cada cargo, mejorando la relación de los dirigentes con las distintas áreas, los circuitos de información, la flexibilidad de la organización, la reducción del nivel de conflictos, la pertenencia a un mismo proyecto. Viabilidad, compatibilidad y razonabilidad son el modelo de transformación por cuidado progresivo.
Organizar un hospital horizontalizado, adhocrático con el paciente en el centro de la escena implica que sea gestionado sobre la base de procesos y pensado como una red de servicios, a través de la cual se organizan las actividades asistenciales sin generar externalidades, ofreciendo todas las capacidades bajo el principio de igualdad, y en una esfera de competencia reticular, con dedicaciones plenas y objetivos consensuados, para intercambiar recursos y generar propósitos compartidos. Los servicios de salud pueden elegir entre distintas estructuras de organización: jerárquica, burocracia profesional, de mercado o unidades funcionales de negocio, de redes internas, de cuidado progresivo, de funciones o procesos, sin que ninguna de ellas sea intrínsecamente mejor o peor, respecto de la localización de recursos, coordinación y control. La elección debe ser práctica, en función de ser efectivos y aumentar la eficiencia, en relación con las características del entorno, de la cultura de la organización y dela participación en la gestión. Pero dada la experiencia y las demandas sociales, optar por un sistema de cuidado progresivo, con cuidado continuo, permite desarrollar mejor un dominio funcional hospitalario, con mayor participación del núcleo operativo, en un proceso de interacciones que conjuga la generación de valor, que se facilita mediante la comunicación y la información compartida, a través de la interacción entre las partes de los colectivos integrantes de la organización, y de la relación de agencia para facilitar soluciones y resolver las principales necesidades de la población.
En los últimos años, los hospitales han sido empujados a cambiar sus servicios en el intento final de maximizar la eficacia y eficiencia de la atención. En particular, las tendencias emergentes están llevando a los hospitales a reorganizar las actividades actuales en torno a los pacientes y sus diagnósticos, en lugar de departamentos centrados en la disciplina o especialidad. La evidencia sugiere que los tres pilares principales del cambio del sistema son la continuidad de atención, la asignación de cuidados adecuados de enfermería, la visión holística de los pacientes, dentro y fuera del hospital, desde la atención primaria hasta los cuidados de media estancia y el modelo progresivo de atención al paciente, que tiene el enfoque centrado, precisamente, en el paciente y la orientación lean health care. Sin embargo, surge una serie de lagunas en lo que se sabe acerca de cómo explotar los impulsores del cambio y sus efectos.
La cultura organizativa de un hospital es importante por razones obvias: afecta el rendimiento del hospital. Es necesario que quienes dirigimos estos hospitales fortalezcamos los paradigmas de la seguridad, la calidad, la eficiencia, la excelencia y la humanización de la atención. La cultura organizacional refleja el compromiso de los empleados con la organización y, por lo tanto, su voluntad y su motivación para realizar un esfuerzo adicional en sus tareas laborales. Es probable que los empleados dedicados y motivados mejoren el rendimiento de un hospital, mientras que la falta de tal dedicación y motivación puede tener un impacto negativo en la atención al paciente. El cuidado progresivo es naturalmente una forma sistémica de gestión.
Hacer predicciones es difícil, especialmente cuando se trata del futuro de la Argentina. El pasado no lo podemos cambiar, pero sí hay que analizarlo, tener memoria y no cometer los mismos errores. El futuro depende de nosotros, del compromiso y del esfuerzo.