Este libro, escrito con rigor histórico y con la gracia de los buenos textos narrativos, revive las voces y los documentos que dan testimonio de la catástrofe ocurrida en la ciudad de Jiménez, Chihuahua, en julio de 1972 debido al choque de una máquina de patio contra varios carros-tanque repletos de gas butano, provocando dos explosiones terribles que causaron quince muertos, quinientos heridos, algunos con quemaduras graves, y la destrucción de las instalaciones de Ferrocarriles Nacionales y del Barrio de la Estación, donde vivían numerosas familias, y cuyos ecos trágicos dieron la vuelta al mundo. La unidad estructural de la obra introduce al lector en los ambientes ferroviarios, en la agitación de las salas de emergencia de precarios hospitales, calles envueltas en llamas donde volaron artefactos metálicos al rojo vivo desde doscientos metros de distancia, las conductas oscuras e histriónicas de políticos más preocupados por salir retratados en su papel de salvadores que en organizar el auxilio efectivo, y la solidaridad humanitaria e instintiva con que los habitantes de Jiménez actuaron para aliviar las heridas de su pueblo, tocado por la conflagración.