La configuración del arte contemporáneo puede leerse bajo una articulación guía, común a diversos fenómenos propios de nuestro tiempo: los problemas de la subjetividad, la identidad y la diferencia. Pero es posible rastrear otra condición más radical: la del objeto, la de la singularidad y la alteridad; desde la cual se realiza un recorrido por distintas manifestaciones estéticas entramando problemas tan diversos como el lenguaje, el cuerpo, la tecnología o la imagen, buscando los puntos irreductibles en donde cada uno de ellos y el propio arte juegan su destino singular.