El texto intenta abrir camino para llenar el espacio que el retrato literario debería ocupar como género. Ya no como un derivado menor de cualquier otra escritura, sino como una elaboración que, por sus características singulares y sus diferencias con otros géneros, merece un espacio y estudios específicos. Este libro se interesa, sobre todo, en mostrar tales propiedades, y en resaltar las meramente ideológicas, en particular con la muerte medieval.