Para contrarrestar las tentativas del liberalismo encaminadas a disminuir la influencia del clero en la sociedad, la jerarquía eclesiástica colombiana ha defendido una visión integral, en la que la esfera de lo religioso determina todas las actividades del hombre. Este catolicismo "integral" también es "intransigente", pues con el "error" no se puede transar. Frente a este modelo, se erige la alternativa de una sociedad laica. Orientada en un comienzo hacia la búsqueda de libertades (de enseñanza, de religión, de conciencia), la laicidad remite en la actualidad a nuevos desafíos: el progreso científico, los problemas éticos, el reconocimiento de los derechos de las minorías religiosas, étnicas, sexuales, etcétera. El trabajo que se presenta tiene como objetivo hacer un seguimiento del conflicto, que, desde 1850 hasta nuestros días, ha enfrentado a estas dos cosmovisiones.