Un muchacho de las montañas del sur que antes de cumplir 15 años se incorporó al improvisado ejército de José Figueres en 1948, y que luego ha sentado cátedra de periodista, de escritor y de agudo estudioso y analista de la realidad rural del país, es necesariamente una de las personas más calificadas para escribir sobre el viejo caudillo, a quien cultivó y con quien, a lo largo de los años, sostuvo frecuentes y ricas conversaciones.