[si no fuera...]
Si no fuera esta gárgola de terror en la lluvia
amparada a la sombra de horribles catedrales,
si no fuera esta mudez mineral
que congela un grito en sus adentros
con los ojos perplejos y un gesto crispado
y un ademán que arremeda la vida.
¿Qué sería, Señor, dueño de todas las cosas,
padre que quebrantas la perfección del huevo,
que celebras los tristes nacimientos
y abandonas a tus hijos
a la piedad de la garra animal?
Dime, Señor que llora la lluvia, dime.
Dímelo si tú lo sabes.