No es fácil señalar cuándo empezó el proceso que desembocó en la proliferación de los estudios narrativos en distintas disciplinas, pero puede afirmarse que el llamado giro narrativo ha aportado a las ciencias sociales una nueva forma de hacer ciencia. Sin pretensiones de encontrar una realidad unívoca e inmutable, sus iniciadores comenzaron a prestar atención, no a una verdad, un método o un objeto, sino a diversos relatos, discursos o historias. Los autores hemos querido trazar una especie de hoja de ruta conceptual, tanto para no perdernos nosotros, como para que sirva de guía a los posibles lectores. Nuestros pasos han sido precavidos, casi siempre tentativos, a veces demasiado osados, pero son nuestros pasos. Quien quiera seguir aventurándose en estos temas, deberá diseñar su propio derrotero. Esperamos que su deriva lo lleve a lugares que estas páginas ni siquiera pueden imaginar